MrFriedrich

Cortado, por favor...

Esta mediodía mientras comía en un bar de barrio de esos de cocinas grasientas y delantales amarillentos, un camarero gordo con palillo manipulaba la carne mientras yo observaba agotado al publico asistente.
Un grupo de pseudo-ejecutivos degustaban con exquisitez y pedantería los spaghettis preparados por el chef (jaja) mientras utilizaban las servilletas de papel de una manera finísima.
Cuando se fueron, se quedaron los 5 sujetos que siempre decoran todos los bares (a veces se podría pensar que los paga el dueño para que hagan ambiente). El vino era su único nexo de unión porque solo se gritaban uno a otro utilizando miles de frases hechas que les resultaban cómodas e inteligentes (sabiduría popular se llama a eso). El caso es que mientras tomaba mi café cortado con sabor a rayos pero de regusto tibio que dejaba una agradable temperatura en mi maltrecho estómago, la discusión degeneró en algo tan innombrable como la política. Por su edad (ninguno más joven de 55) comenzaron a hacer referencias al pasado unos para bien y otros para mal, y al final, mientras el camarero me miraba como diciendo "son mis amigos" escuché como dos entonaban cierto himno fascista que no quiero recordar porque acabo de cenar. Levantaron sus brazos, y el café entonces si que fue un café cortado, porque se me cortó dentro, me terminó de revolver las entrañas y salí de aquella cueva contando hasta diez para no decir nada antes de doblar la esquina......................

Por la tarde, caí 15 € de mi bolsillo sin darme cuenta y un chico vino a dármelos, aún no me lo acabo de creer.