Por fin algo de cambio en la tediosa rutina. Se plantean unos días suaves, casi agradables, más por el cambio que por otra cosa.
Echaré de menos algunas cosas y algunas personas pero un poco de aire nuevo no vendrá mal, pese a estar tremendamente acatarrado.
Ahora escucho a Frank, siempre me serena, es como si mis pies bailasen agarrados sus canciones y como si mi mente llevase con un violín los ritmos acompañándolo.
Espero tener más tiempo para escribir a partir de ahora, además me veo en la necesidad de hacerlo.