Ayer me pasó algo muy extraño y que aún hoy me tiene sobrecogido.
Me metí en el Metro en la estación madrileña de Manuel Becerra en dirección a Oporto y cuando me desperté de un pequeño receso (al que me llevó el cansacio y "the Mars Volta" y que no duró más de dos minutos) me encontraba otra vez en Manuel Becerra pero en dirección contraria.
Asustado, apague el discman y me levanté mirando a todo el mundo con extrañeza.
Miré el reloj y era imposible que hubiera dado una vuelta entera a la línea 6 del metro de Madrid, miré a la gente intentando encontrar una respuesta, el tren había cambiado de sentido por alguna avería, ......... no sé, algo.
Pero no encontré más que caras normales y corrientes, rutinarias y aburridas, que no decían nada.
Salí del vagón en Avda. de América y volví a coger el metro en dirección Oporto mientras seguía mirando la hora y a la gente, como si ellos supieran algo.
Al llegar a Oporto, 40 0 45 minutos después de comenzar mi aventura, alguien me dijo por teléfono que había cogido el Metro en dirección contraria y que en vez de Manuel Becerra dirección Oporto cogí desde Pacífico dirección Avda. de América. Pero no sabéis el mal rato que pasa uno cuando está convencido de algo que es totalmente imposible. Estos exámenes van a terminar conmigo.