Las mismas caras. Los mismos gestos. Ella llega con su bolsa, coge posiciones, abre los codos. De repente la chica de coletas coge su cartera y se levanta del asiento, la mujer me aprisiona contra la pared con su enorme culo y PLASS!, se sienta a leer el HOLA mientras me quedo de pie con cara de bobo diciendo "Siéntese, sientese" (total, no tengo 20 paradas de la línea 5 de trayecto)
Agoto los momentos hasta sentirlos totalmente muertos entre mis manos. Estiro las carcajadas exageradamente, como intentando prolongar la falsa felicidad que simulamos.
¡I'm getting mad!
Cuando llega el último mes del año es cuando más me doy cuenta del poco tiempo que me queda para cambiar mi vida.