Hacía meses que no me ponía delante de un teclado a escribir lo que siento.
Últimamente, solo la guitarra me ha servido de escapatoria.
En el último post anunciaba que dejaba el trabajo estúpido en el que me encontraba porque no entendía nada ni quería entenderlo.
Me cambié, me fui a otro trabajo y estoy encantado. Puedo estudiar, puedo ver a la gente que quiero, me pagan bien, no trabajo más que con la cabeza y me sobra tiempo para ensayar y mejorar todo.
Seguramente en 15 días volvamos a subirnos a un escenario y sumado a la incertidumbre que provoca en mí la ausencia total de certeza en mi vida (dije certeza, no cerveza), hace que mi estómago de mil saltos mortales al día.
Ahora mismo el gélido A/A de la oficina me dejó el cuello muy rígido. Solo queda una hora y cuarto para irme.......yeah!